Marina enseña a sus hermanos una improvisada clase de Geografía (Foto: EL MUNDO)
Cuando Adina tuvo edad suficiente para ir al cole, sus padres decidieron no llevarla. Querían, entre otras cosas, que aprendiera el idioma materno –el rumano–. Ahora, Adina tiene 14 años y sigue sin haber pisado un centro escolar. Es una de los más de 2.000 'homeschoolers' que hay en España: niños y jóvenes cuyos padres se hacen cargo de su educación.
Adina sólo ve el lado positivo: "Tienes más tiempo libre y otra manera de organizar tus horarios. Es más flexible, no le veo ninguna desventaja". En Valladolid, Adina se dedica a sus estudios de piano, música y ballet, y sabe que el instituto no le dejaría tiempo para ello.
Mientras, en Menorca, Marina ha decidido que, a sus 12 años, ya ha llegado el momento de incorporarse a las clases. Sin haber cursado la enseñanza primaria en ningún colegio, y sin haber pasado ningún tipo de prueba de nivel, el instituto le permite matricularse en 1º de ESO, curso que le corresponde según su edad. Hasta ahora, ha estudiado en casa ayudada por su madre. Sin duda, ha dedicado mucho menos tiempo al estudio formal que sus compañeros de clase y, sin embargo, se encuentran en el mismo nivel académico. La explicación es muy sencilla: Marina ha podido estudiar a su propio ritmo, levantándose tarde cuando su cuerpo le ha pedido descanso o aprendiendo a leer y a escribir fuera del habitual horario escolar.
Emmanuel, en cambio, estudia en casa desde que dejó el colegio después de 4º de Primaria. Lo hace a través del colegio americano Clonlara, que permite seguir el currículum oficial español. Recuerda que a él y a sus hermanos les conocían como "los niños que estudian por internet".
¿Qué sucederá si estos jóvenes quieren ir a la Universidad algún día? Marina tiene claro que quiere ser veterinaria. Sabe que necesita el título de Bachillerato para acceder a la universidad y por eso va a cursar la ESO en el instituto. Emmanuel también tendrá el título porque está cursando estudios oficiales, aunque a distancia. Otros, sencillamente, ya han decidido que no cursarán estudios superiores.
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