Me indigna

Me vais a perdonar si alguno de vosotros estábais ayer en lo que parece fue un apototeósico concierto de Bruce Springsteen en San Sebastián, pero tengo que soltarlo. Me subí al tren después de escuchar el Dr. Juan Póveda (a quien ponen en el calabozo una vez al año por ponerse enfrente de un centro abortista intentando convencer a chicas a no abortar), con el corazón encogido con todo lo que nos contó de su lucha contra el aborto, con sus experiencias, con las reacciones de gente que no decide abortar después de todo, etc. etc. etc. Pero también animada al ver a alguien con tanta convicción y a quien me gustaría imitar. Subo al tren y cientos de personas suben, y yo allí apachurrada intentando buscar un sitio donde no me asfixiaran. Pensaba que irían a ver un partido de la Real Sociedad. Llegamos a Anoeta y el tren queda casi vacío, y me quedo pensando en cuánta gente va a ver el fútbol, como veis no lo sigo mucho porque no iban a un partido de fútbol. Todo el camino a casa pensando en qué manera y de dónde sacar dinero para poder ser más efectivos en ayudar a estas mujeres que llaman a a cualquier movimiento pro-vida de España buscando ayuda porque quieren abortar pues no ven una luz al final del túnel. Muchas veces tienen situaciones muy difíciles, orando por estas personas para que no aborten esos bebés, pensando en qué manera seguir siendo una pequeña luz para alguien que lo necesite. Todo el camino perdida en mis pensamientos sobre todo este tema pro-vida. Llego a casa y por la noche leo en el Diario Vasco que Bruce Springsteen estaba dando un concierto en Anoeta. Entonces ya recuerdo a donde iba tanta gente. Me indigna ahora pensar que si había unas 40.000 personas allí, pagando un promedio de 75 euros por entrada (algunas eran más caras, otras menos), se pagó por lo menos 3 millones de euros por idolatrar a una persona. Me indigna pensar que un par de horas de música tenga tanto poder y tanto dinero por medio, cuando se necesita dinero para cosas no tan triviales y muchísimo más válidas como es la vida de las personas, como es dejar que un bebé llegue a nacer, como es el ayudar a una mamá a salir adelante en la vida y luchar por la vida que lleva dentro. ¿Alguien me entiende o sigo formando parte de esa minoría que ve casi todo de otra manera? Cierto es que cada uno puede gastar SU dinero en lo que le apetezca, que yo también lo hago, cada vez con más vergüenza por supuesto. Pero creo que todo el mundo sería más feliz. y daría mas sentido a su vida si pudiera compartir sus cosas con los demás, si dejáramos de pensar solo en nosotros y pensar un poco más en los demás, me incluyo en esto por supuesto. Sólo era un pensamiento en el día del Señor. Sabéis que tengo por costumbre ir a la iglesia cada domingo, y esto ha tocado hoy mucho mi vida. un abrazo